Hace unos días estaba repasando mi trayectoria como freelance. Y recordé algo que me contó un cliente, los tres motivos para aceptar un proyecto. Era un trabajo en el que yo estaba subcontratado como desarrollador WordPress para una empresa de diseño que trabajaba para un cliente. Es un trabajo que mirado en retrospectiva tendría que haber rechazado. Porque de los tres motivos que me comentó mi cliente por los cuales aceptar un trabajo, este en concreto no cumplía ninguno.
Pero estaba empezando, por lo que al menos me sirvió de aprendizaje. Y me dejó una buena enseñanza, el poder valorar mejor cuando aceptar o no un trabajo. Os lo comento, por si os puede resultar útil.
Y es que ahora vivimos en un un mundo en el que los freelance a veces tenemos que decantarnos entre varias propuestas, o en el que tenemos que decidir si emplear nuestro tiempo en redactar un presupuesto o no hacerlo. Ya sabéis, el coste de oportunidad. Una guía rápida para valorar a primeras si algo nos conviene nunca está de más.
Y estos son los tres motivos para aceptar un proyecto siendo freelance.
Motivo uno: El dinero
Esta es obvia, pero no por obvia hay que dejar de comentarla. Uno de los motivos principales para aceptar un proyecto es el dinero. Si tenemos que elegir entre dos proyectos muy parecidos lo lógico es decantarnos por el mejor pagado.
Un día hablé con el comercial de una empresa de servicios webs. En esa empresa se dedicaba a maquetación y diseño, no a contenidos. Pero un cliente les preguntó si le podían subir una cantidad bastante grande de fotos a la web. La respuesta debería haber sido no, porque esta empresa no se encargaba de contenidos. Pero el cliente esta dispuesto a pagar una buena cantidad. Así que se aceptó el encargo. A fin de cuentas, si vas a ganar dos o tres veces tu tarifa/hora habitual por un trabajo fácil (aunque repetitivo), ¿por qué decir que no? Y de paso fidelizas a un cliente.
Sobre el tema del precio no solo está el presupuesto que tiene un cliente. También está el precio que debemos poner a nuestro servicio. Nunca hay que aceptar trabajos por debajo de un mínimo.
Recuerdo otro cliente al que le trabajaba por horas y para el que había hecho una pequeña rebaja. El cliente me preguntó si le podía hacer una rebaja aún mayor si me duplicaba el número de horas de trabajo que me ofrecía. Mi respuesta fue que si hacía eso, estaría perdiendo dinero cada mes. Por tanto no tenía sentido aceptar su propuesta.
El factor precio es especialmente determinante cuando usamos webs de búsqueda de proyectos para freelance (como Malt), donde los futuros clientes marcan un máximo hasta el que están dispuestos a llegar. Aquí tenemos que filtrar y si un precio es muy bajo, obviarlo
Motivo dos: visibilidad
«Te pago en visibilidad». Un tópico recurrente en el mundo freelance cuando se está empezando. Te llega alguien y te pide un pequeño trabajo y te dice que no te puede pagar mucho pero que podrás poner el trabajo en tu portfolio para «darte visibilidad».
Lo normal es rechazar este tipo de proyectos. Trabajo es trabajo y hay que pagarlo. Como le escuché a otra freelance, «si vas a trabajar gratis, trabaja para ti». Si estás empezando y necesitas trabajos para darte visibilidad, mejor ponerte con un pequeño proyecto personal que trabajar gratis para otro.
Pero entonces, ¿por qué he puesto este motivo en la lista? Porque puede surgir un trabajo que quizás no nos encaje del todo pero que nos de visibilidad *de verdad*. ¿A que me refiero por visibilidad *de verdad*? A que el cliente sea alguien que si que vaya a «realzar» nuestro portfolio.
No es lo mismo que nos venga «Imprenta Gómez» a pedirnos un rediseño de la web, a que sea una administración pública o una gran empresa. Hace poco estuve escuchando a un par de especialistas en imagen de marca hablando sobre el rediseño de la imagen corporativa que recibió Correos en 2019. Todos ellos coincidían en que el presupuesto final era bajo para el trabajo realizado (al contrario de la percepción que tenían muchos de los que opinaban sobre el tema desde fuera del sector)
El trabajo de rediseño de la imagen de Correos no habría sido muy rentable para la agencia que lo hizo (Summa Branding) Tampoco es que lo hicieran a cambio de nada, claro. Pero seguramente podrían haber elegido otros proyectos más rentables. Pero dicho trabajo les puso en el «candelero» durante mucho tiempo. Y haberlo hecho realzará aún más su reputación.
Esto sería aceptar un trabajo por visibilidad. No estoy diciendo de trabajar gratis (¡Eso nunca!), pero a veces estos trabajos hay que verlos como algo que va a potenciar nuestro portfolio freelance y que puede ayudarnos mucho a conseguir otros proyectos, lo que se puede traducir en un ahorro en publicidad y marketing. Y es que a veces, ver un cliente «potente» en nuestro currículo es algo que acaba por decantar la contratación de nuestro servicios.
Motivo tres: interés personal
El tercero de los motivos para aceptar un proyecto es tener un especial interés en el proyecto, ya sea porque encaje con el cliente objetivo que estamos buscando, o porque simplemente sea un tipo de proyecto que nos gusta mucho.
Por ejemplo, imaginemos que somos fotógrafos freelance y nuestro objetivo a medio plazo es posicionarnos como especialista en fotografía de hoteles. Pues si podemos hacer un proyecto relacionado con este objetivo, debería ser prioritario para nosotros. Es más, a largo plazo solo deberíamos aceptar trabajos de nuestra especialidad, salvo que nos llegue un proyecto con un peso muy fuerte en los otros dos motivos.
En mi caso personal, a mi me gusta mucho la literatura de ciencia ficción. Si me surgiera la posibilidad de desarrollar la página web para una editorial especializada en ciencia ficción, pues le daría prioridad frente a otro tipo de proyectos que no despierten mi interés.
Con esto hay que tener cuidado. Recuerdo una entrevista a un dibujante de cómics que dijo que las editoriales USA a veces se aprovechaban de la ilusión de muchos dibujantes por trabajar con los personajes de su infancia para apretarles en las condiciones laborales. Tengo entendido que las empresas que hacen efectos especiales para las grandes sagas del cine americano también se aprovechan de esto.
Pero en general siempre es más agradecido trabajar en algo que nos gusta que en algo que no nos atrae lo más mínimo. Dicen que cuando estaban rodando la trilogía de El Señor de los Anillos y las fuerzas flaqueaban, el equipo técnico se animaba a si mismo recordando la clase de proyecto que tenían entre manos.
Los tres motivos para aceptar un proyecto. Conclusión
Estos son tres de los motivos para aceptar un proyecto que suelo considerar cuando recibo una propuesta o cuando tengo que decidir si enviar un presupuesto. Lo ideal sería que un proyecto cumpliera con los tres motivos (bien pagado, proyecto que nos atrae y cliente de renombre). Pero esto no suele ser posible en la mayoría de ocasiones.
Así que habría que aplicar ese frase de «bueno, bonito, barato. Elige dos». Es decir, si de estos tres motivos se cumplen dos, adelante, al menos de inicio. Si solo se cumple uno de los tres, ya es para pensarlo. Que al menos destaque en el punto que se cumple.
Y si no se cumple ninguna de las tres condiciones, pues ni se nos ocurra meternos en el mismo, por muy poca carga de trabajo que tengamos.